Vanesa, ‘la mentirosa del pegamento en la vagina’: sus víctimas por su adicción a las denuncias falsas

Vanesa, 'la mentirosa del pegamento en la vagina'

Vanesa, ‘la mentirosa del pegamento en la vagina’

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Miguel, una de las víctimas de las denuncias de Vanesa, explica a EL ESPAÑOL cómo tuvo que irse de su casa por una orden de alejamiento

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David López Frías

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Vanesa Gesto empezó a trabajar en el Ayuntamiento de Fabero (León) en junio de 2013. Una sustitución de dos meses, limpiando espacios municipales. Durante ese tiempo, denunció que Miguel, su coordinador, le había acosado laboral y sexualmente. A ese funcionario, que llevaba 30 años de servicio y un historial intachable, le abrieron un expediente en su trabajo. La justicia le impuso una orden de alejamiento de la presunta víctima. Se tuvo que ir de su pequeño pueblo y dejar viviendo allí sola a su madre enferma.

3 años después, la Audiencia Provincial de León falló que la denuncia era falsa. Que los hechos no habían sucedido. Vanesa Gesto, la misma persona que este lunes se ha sentado en el banquillo como acusada de simular un delito al haber denunciado que su ex, Iván, la había secuestrado y le había puesto pegamento en la vagina en octubre de 2016. Ahora se enfrenta a casi 12 años de cárcel y el caso abre informativos. Pero de Miguel, aquel compañero de trabajo que sufrió en sus carnes la denuncia falsa de Vanesa, nada se ha dicho.

Tres años. Tres largos años fueron los que Miguel sufrió el suplicio de verse señalado, cuestionado y acusado de un grave delito que no cometió. Desde el 14 de enero de 2014, momento en el que le imponen una orden de alejamiento de Vanesa, hasta abril de 2017, momento, en el que la justicia determina que la denuncia era falsa. Miguel tuvo que abandonar su casa, donde vivía con su madre enferma, a un apartamento él solo. El motivo es que su madre residía a escasos cien metros de la presunta víctima.

Siempre denunciando

“Parece que esa chica es adicta a las denuncias falsas”, cuentan vecinos de Fabero que la conocen y no la creyeron en ninguna de la denuncias que interpuso contra diferentes hombres por diferentes motivos: agresiones, amenazas, acoso laboral, acoso sexual… Le pasó al primer marido de Vanesa, padre de su hijo, que fue denunciado por violencia de género. Le sucedió a Iván, el chico al que acusó de haberla secuestrado. Y le sucedió a Miguel, que asegura a EL ESPAÑOL que “nunca te llegas a recuperar de una cosa de estas”.

“Yo llevo trabajando en el mismo puesto desde 1996, casi siempre con grupos de mujeres. Más grandes, más pequeñas, les imparto talleres de jardinería… Pues jamás he tenido un problema. Hasta que llegó esta chica. Estuvo solamente dos meses y yo la coordinaba. No trabajaba, no limpiaba, lo dejaba todo manga por hombre. ¿Mi pecado sabes cuál fue? Decirle un día que era una vaga. Que ella no venía a trabajar, que ella venía a cobrar el dinero. Le cambió la cara, pero yo se lo tenía que decir porque era verdad”, cuenta Miguel.

Vanesa denunció que su exnovio la había agredido y secuestrado, pero no sucedió

Lo que no imaginaba es que Vanesa iba a ir al Ayuntamiento de Fabero al día siguiente a decir que estaba sufriendo por mi parte acoso laboral y acoso sexual. “Cuando me lo dijeron, fui yo al Ayuntamiento a dar mi versión. Cuando le preguntaron, ella negó varias veces que yo la estuviera acosando. Delante de mí, del concejal de Deportes del que dependíamos y del propio alcalde. Cuál fue mi sorpresa cuando al día siguiente, aun después de haberlo negado, presentó en el Consistorio una denuncia por acoso laboral y sexual”, resume. Dijo que le había tocado el culo, luego cambió la versión y dio que le había cogido l cadera, que había hecho el gesto de “hacer el amor”, cuando se ponía detrás de ella. Que Miguel le había frotado el paquete.

Exiliado de su casa

Lo que vino después no se le olvida a Miguel: “La juez ni siquiera me dejó explicarme. La creyó a pie juntillas solamente con la versión que dio. Sin pruebas. No me dejaron defenderme. Me trataron como a una puta mierda. Me he comido mucho desde entonces. Para empezar, me tuve que comer es orden de alejamiento sin comerlo ni beberlo. Fuera de mi casa y sin poder visitar a mi madre, que imagínate cómo se quedó”.

Miguel alquilo un apartamento en el mismo pueblo de Fabero, pero más alejado de la zona. “300 euros que me ha costado cada mes. Además de eso, ella iba perdiendo cada juicio, pero como tiene justicia gratuita, recurría todo lo que perdía. Una y otra vez. A ella le daba igual porque era gratis. A mí no porque tengo una nómina; me costaba mil euros cada vez que ella recurría. En total me habrá salido por 14.000 euros”.Vanesa se enfrenta ahora a caso 12 años de prisión

Pero más que el dinero, a Miguel y a su familia lo que les duele es “lo mal que lo hemos pasado durante todo este tiempo. Que a esta chica ya la conocen en el pueblo y no se la creen. Pero hasta que sale la sentencia que me absuelve, amigo… que esto es un pueblo pequeño. La gente te mira y siempre va a haber alguien que diga “bueno, que igual algo hiciste”. Es lo del difama que algo queda. Me he tenido que acostumbrar a tener que ir por mi propio pueblo con la sospecha, me he tenido que mudar porque esta chica se ha inventado todo esto. Mi familia, en navidades, haciendo planes para ver dónde podríamos juntarnos para vernos porque yo no podía ir a casa de mi madre, a mi propia casa. Lo hemos pasado muy mal”.

Igual que sucedió Iván, el novio de Vanesa, cada vez que el chico salía de la cárcel, a Miguel también lo denunció por quebrantamiento de condena, “porque presuntamente yo había roto la orden de alejamiento. Había quien decía que su casa estaba a 85 metros de la de mi madre, otros a 125… Al final tuve que preguntarle yo al juez que a ver, que si podía yo ir a ver a mi madre o no. Me contestó que mejor que no porque iba a acabar volviendo allí al calabozo”.

Un meme de Julio Iglesias

Durante la investigación se analizaron los teléfonos móviles. Las conversaciones de Whatsapp entre Miguel y Vanesa pusieron de manifiesto una relación normal, cordial y puramente laboral. Lo único que le encontraron digno de mención, según recoge la sentencia, es que Miguel le mandó un meme de Julio Iglesias: “Eso vino porque ella una vez me mandó un vídeo gracioso. Era una especie de bolsita de té en una taza, pero en lugar del papelito que llevan, pues llevaba una cuerda y era un tampón. Eso me lo mandó ella. Lo siguiente que yo le mando es un meme de estos graciosos de Julio Iglesias, que ponía “Follas poco y lo sabes”. Una tontería sin importancia dentro de un contexto de que ella me ha mandado otro archivo gracioso. Eso es todo lo que pillaron y es todo lo que hubo”.

Vanesa adjuntó como prueba otra conversación por Whatsapp que ella aseguraba que era Miguel diciéndole “te voy a violar”. Curiosamente, el que escribía esa amenaza era un chat con otro avatar distinto al de Miguel, otra persona, otro teléfono. “Lo mismo que Vanesa se inventó mails amenazantes de Ivan, que ella misma se escribía desde otros teléfonos, suplantado la identidad del chico, sucedió con Miguel”, explica Juani Esteban, la abogada de Miguel, que curiosamente es hermana gemela de Emilia Esteban, la que fue abogada de Vanesa durante ,mucho tiempo y la misma que denunció el caso del pegamento en la vagina: “Mi hermana y yo nos habíamos discutido alguna vez. Ella me decía que mi cliente me mentía, que Vanesa tenía razón. Yo le decía que a la que estaban mintiendo era a ella, como se ha acabado comprobando”.

Finalmente, la Audiencia de León tumbó el caso. Miguel no había acosado a Vanesa. Él después la denunció a ella por denuncia falsa, pero la juez archivó la denuncia: “En este archivo viene a decir que el hecho de que no se probó que existiese acoso, no significa que no lo hubiese, y que no toda absolución significa que la denuncia sea falsa”, señala la abogada, sin entender muy bien todavía dicho dictamen.

“De todos modos, yo ya no recurro más”, zanja Miguel, que ya ha tenido bastante de este caso, de ser sospechoso, de orden de alejamiento y de palmar dinero con esta historia. Reconoce que todavía le queda miedo: “Desde entonces intento no quedarme a solas con ninguna mujer en el trabajo. Tiene que ser alguien a quien conozca yo muy bien y tengamos confianza. Si no, intento tener siempre a algún testigo. Llevo testigos hasta para ligar, mira lo que te digo. No quiero volver a pasar por una de esas otra vez”, concluye Miguel, al que, a pesar de haber ganado,

“Los días de bajón me vuelve a afectar. Me da la sensación de que me vigila alguien. Ha sido algo terrible y no se lo deseo a nadie. No sé por qué esta chica hace estas cosas y va denunciando a todo hombre que se cruza en su camino. Al padre de su hijo, a su exnovio, a mí, a un Guardia Civil que tuvo que largarse del pueblo y pedir destino en Málaga. Hasta con sus padres ha tenido problemas esa chica. No me explico cómo la han seguido creyendo después de ese historial, sin cuestionarle nada”. Nadie se explica esa especie de adiccion de Vanesa por denunciar. Ahora que se celebra el juicio por el famoso asunto del pegamento en la vagina, Miguel lo único que quiere es “que se haga justicia con esta tía de una vez por todas, y deje de joderle la vida a hombres porque sí”.

Investigan si la denuncia de violación de las tres hermanas americanas fue falsa para cobrar un seguro

La Policía mantiene que las tres chicas cayeron en contradicciones sobre los tres afganos que supuestamente abusaron de ellas en Murcia

ATLAS

Un viaje a España de tres hermanas americanas parecía haber acabado en pesadilla. Denunciaron que unos jóvenes de nacionalidad afgana habían abusado sexualmente de ellas en una celebración de Nochevieja en Murcia. Pero ahora parece que la historia ha dado un vuelco. Con los supuestos agresores en libertad provisional, la Policía investiga ahora si todo fue un invento. Una denuncia falsa que tendría un fin concreto: cobrar un seguro de viaje.

La investigación policial investiga si mantuvieron relaciones consentidas y después presentaron una denuncia falsa. En su declaracion las chicas cayeron en contradicciones, en las pruebas forenses no había rastro de la agresión. La juez, el fiscal y la Policía han encontrado muchas lagunas en el relato de las hermanas. Al parecer, las hermanas habían contratado un seguro con el que recibirían una indemnización si en su estancia en el continente europeo eran víctimas de un delito sexual y por eso se están investigando todos los detalles.

Melecio Castaño, el abogado de los acusados asegura que las hermanas han vuelto a Estados Unidos y no han hecho caso a ningún requerimiento judicial.

Juan Carlos Quer: «A raíz de la demanda de divorcio cayeron 10 denuncias que se archivaron. Lean entre líneas»

El padre de Diana Quer ha reconocido: «No soy un ingenio. Sé que las expectativas de encontrar a mi hija con vida no son las mejores»

Ribeira (La Coruña)Actualizado:

El padre de la joven madrileña Diana Quer, Juan Carlos Quer, ha afirmado este miércoles en Ribeira (La Coruña) que hasta que contrajo matrimonio «jamás» en su vida había tenido una denuncia y «solamente a raíz de la demanda de divorcio que ella instó cayeron nueve o diez denuncias», ha abundado.

«Mis antecedentes legales son los siguientes: hasta que contraje matrimonio jamás en mi vida tuve una denuncia, ni ningún problema con la Justicia. En los 24 años de matrimonio y 22 de noviazgo, jamás tuve denuncia alguna de mi exmujer. Solamente a raíz de la demanda de divorcio que ella instó, y muchos de ustedes sabrán leer entre líneas para conocer cuál era la verdadera razón que había detrás de esa ruptura, cayeron nueve o diez denuncias que, por supuesto, todas se han archivado o todos los cargos se han sobreseido. Lean entre líneas», ha explicado a las puertas de los juzgados Juan Carlos Quer.

De este modo ha querido «salir al paso de unas noticias que han aparecido» sobre la «supuesta denuncia interpuesta» por su hija Diana «y posterior denuncia» de su exmujer «de mayo de este año», sobre la que ha asegurado que conoce «por los medios de comunicación», entre ellos ABC, que ha tenido acceso a la misma.En este sentido, ha instado a los fiscales a que «empiecen a defender a todos los ciudadanos, hombres o mujeres, padres o madres». «Porque tenemos derecho a ello. Soy un buen padre, soy un señor y lo único que he hecho ha sido velar por el interés y cuidado de mis hijas y, desafortunadamente, salvo un milagro, no creo que llegue a poder proteger a mi hija Diana», ha sostenido.

«Y es una auténtica vergüenza que desde un juzgado se filtre una información tan sensible en un momento tan sensible sobre una cuestión tan sensible», ha reprochado. «Así que yo espero que los responsables de la Fiscalía y de los medios judiciales de este país adopten las medidas para que esto jamás vuelva a producirse. No porque a mí me preocupe, les aseguro que no me preocupa en absoluto», ha explicado.

Documentación aportada

Juan Carlos Quer ha relatado que «afortunadamente» ha «depositado en este juzgado (de Ribeira) tres archivadores que desde el mes de diciembre del año 2013» acumula «con documentación probatoria de la realidad de todo lo que está aconteciendo».

«Dije que la Justicia llegaba tarde, y lo reivindico. Que todo esto se acreditará. Y que, por ello, puse en conocimiento de los juzgados pertinentes, en varias ocasiones, no en una, la existencia no solamente de una manipulación atroz de mis hijas, sino la existencia de nueve denuncias penales, nueve», ha manifestado para recordar que todas ellas se han archivado o sobreseido.

Juan Carlos Quer ha asumido tambiénque «las expectativas de encontrarla con vida no son las mejores», tras más de tres semanas sin pistas del paradero de esta chica que no regresó a su vivienda de verano tras ir a una verbena.

A la salida del Juzgado de instrucción número dos de Ribeira (La Coruña), en el que Valeria, la hija menor de Juan Carlos, ha comparecido con motivo de la retirada cautelar de la custodia a la madre, el padre de las dos adolescentes ha dicho que su visita a Galicia ha sido por este asunto y no por el de Diana, caso en el que trata de «confiar en Dios».

«No soy un ingenio. Sé que las expectativas de encontrar a mi hija con vida no son las mejores», ha señalado ante los medios de comunicación congregados en el exterior.

https://www.abc.es/espana/galicia/abci-padre-diana-asume-expectativa-encontrarla-viva-no-mejor-201609141604_noticia.html?

José Antonio, mártir de las denuncias falsas de su ex mujer: hasta de abusar de sus hijos

José Antonio, mártir de las políticas de género: absuelto de abusar a sus hijos, pero cinco años sin su custodia

José Antonio, mártir de las políticas de género: absuelto de abusar a sus hijos, pero cinco años sin su custodia

REPORTAJES

José Antonio, mártir de las denuncias falsas de su ex mujer: hasta de abusar de sus hijos

Le denunció hasta por nueve delitos. Ahora, sus hijos, de once y siete años, están sustraídos por su madre pese a quedar demostrada la inocencia del padre.

Pepe Barahona  Fernando Ruso

“Mi papá me toca el tete”. A José Antonio no se le olvida esa frase de su hija. La niña le dijo en mitad de una terapia con psicólogos de EICAS, una asociación no gubernamental encargada de evaluar la existencia de abusos sexuales a menores. Tampoco olvida el resto del diálogo entre la evaluadora y su hija: “¿Alguien te ha dicho que me cuentes lo del tete?”, le preguntan a la niña. “Sí, mi madre”, responde. “¿Qué te ha dicho?”, insiste la terapeuta. “Que me va a llevar a la feria”, zanja la menor.

José Antonio tiene un armario lleno de regalos. Uno por cada cumpleaños, cada santo, cada día de Reyes que no ha podido ver a sus hijos. Hace cinco años que su expareja empezó una campaña de acoso y derribo que por poco le cuesta la vida tras un intento de suicidio. Después de denunciarlo en poco más de dos años por diversos delitos entre los que destacan vejaciones, malos tratos y abusos sexuales, de los que resultó absuelto excepto en uno, un manotazo, que está recurrida en amparo ante el Constitucional; logró que una pediatra advirtiese abusos sexuales hacia sus hijos. Ahora la justicia ha demostrado que todo era una farsa, pero sigue sin tener a sus hijos, sustraídos por su madre desde que salió la sentencia absolutoria.

Sentencia de absolución sobre los cargos por delitos sexuales que se imputaban a José Antonio sobre sus hijos.

Sentencia de absolución sobre los cargos por delitos sexuales que se imputaban a José Antonio sobre sus hijos.Fernando Ruso

Según la Audiencia Provincial de Sevilla, queda de manifiesto la introducción en el relato de la menor de “elaboraciones externas fruto de los mensajes recibidos de sus figuras de protección”. Esta sentencia absolutoria, contra la que ya no cabe recurso, pone fin a cinco años en los que José Antonio ha llevado el sambenito de haber abusado de sus dos hijos. “Un pederasta”, lamenta José Antonio, en conversación con EL ESPAÑOL.

Cuando piensas en la acusación de abuso de tus hijos, ¿qué se te pasa por la cabeza?

Yo sé que no hice nada y, al menos, la conciencia la tengo tranquila. Eso me ha hecho tener la autoestima alta, porque he actuado siempre como un padre normal.

—¿Se arrepiente de algo?

—De haber conocido a esta mujer [su exmujer y madre de sus dos hijos].

Ambos se conocieron en el barrio, en Bellavista, una zona periférica de Sevilla. Los dos vivían a apenas cincuenta metros, ambas familias se frecuentaban de toda la vida. Fue ella la que le buscó a él y empezaron una relación de novios en 1996. Diez años después se casaron. En 2007 tuvieron a su primer hijo, un varón, y cuatro años más tarde, a una niña.

Los problemas llegaron coincidiendo con el divorcio de la hermana de su exmujer. “Ella —su ex— quería vivir su vida sin dar explicaciones a nadie”, recuerda él. Meses después y después de un fracaso de reconciliación, serían ellos los que pondrían fin a la relación. “Ella siempre fue muy celosa, tenía celos hasta de las novias de mis amigos o de su propia hermana”, explica José Antonio, que a sus 39 años ya ha rehecho su vida con María, una placentina con una hija de una relación anterior.

José Antonio Romero, que en Junio cumplirá cinco años sin ver a sus dos hijos, junto a su actual pareja, María Rubio.

Los primeros meses fueron cordiales entre José Antonio y la madre de sus hijos. Compartían custodia y alternaban el piso que ambos tenían en propiedad. Los niños no tuvieron que cambiar de hábitos, eran sus padres quienes se turnaban por semanas para estar con ellos. Él, con 35 años, volvió a casa de sus padres hasta que empezó una nueva relación.

La primera denuncia por violencia de género

“Ahí se desató la bomba”, cuenta José Antonio, frigorista de profesión. Ella lo llamó a él. “Quería quedar, pero yo no quise —relata—; finalmente accedí, ella me dijo que lo estaba pasando mal, que le dolía el pecho, que no dormía, incluso lloró… Y todo delante del niño. Yo le dije que me preocupaban los niños, no ella. Al día siguiente, recibí una llamada de la policía de madrugada: tenía una denuncia por violencia de género”.

Ahí empezó el calvario de José Antonio. De septiembre de 2013 a agosto de 2015 recibió diversas denuncias por violencia de género. Desde violaciones a agresiones, pasando por situaciones hilarantes que hacían exasperar a los jueces que llevaban el caso. En una de ellas, la demandante argumentaba que el padre de sus hijos la miraba “sacándole la lengua…¡desde más de cincuenta metros y a cuatro pisos de altura!”. “La jueza se la lio, y con razón”, apunta María, que presenció el juicio acompañando a su novio.

“La primera vez que fui a un juzgado de violencia de género lo pasé muy mal —cuenta muy serio—; se me caían dos lagrimones porque para todos yo ya era culpable, un maltratador”.

De las muchas denuncias, José Antonio ha resultado absuelto en todas a excepción de una por un manotazo en el pecho, aunque está recurrida ante el Tribunal Constitucional, que le granjeó a ella una orden de alejamiento de dos años; él le ha interpuesto cuatro a ella y solo una no ha prosperado, el resto han resultado condenatorias. “A días de arresto domiciliario, a pago de multas…”, narra el padre de los menores.

“Y como con la violencia de género no conseguía nada, pues tomó la vía de los abusos a los niños”, afirma José Antonio. El 22 de abril recibió la última denuncia por malos tratos, asegurando que él la había tirado por la escalera; no sabía ella que había un testigo. El 28 de ese mismo mes la primera por abusos. Ni siquiera llegaron a saber de la primera denuncia. Los forenses no apreciaron signos de los hechos denunciados y en el juzgado no la admitieron a trámite al no existir indicios. Un mes, el 28 de mayo, después insiste con una idéntica denuncia que se admitió a trámite sin acordarse medidas cautelares.

Una pediatra, desencadenante de los hechos

“Ahí se entera de que hay una pediatra concreta, Macarena Anchoriz, y hace por verla —narra José Antonio exhalando las palabras—; en la exploración dice que hay un enrojecimiento leve y que deben someter a la niña a sedación para explorarla”. La madre, residente cerca del hospital de Valme, opta por irse al Virgen del Rocío, más alejado, donde trabaja la doctora Anchoriz.

La pediatra en cuestión acumula más de una docena de denuncias por inventar abusos sexuales a menores. Incluso la Fiscalía acusa a Anchoriz, facultativa referente en el maltrato infantil en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en otro asunto de un delito de falsedad documental y simulación por la que piden tres años y un mes de prisión.  Sin la participación de esta pediatra, ahora de baja mientras que se dirimen sus litigios judiciales, no habría prosperado la denuncia de abusos contra José Antonio.

El 5 de junio de 2014, él mismo lleva a su hija en brazos al hospital para realizar las pruebas. No lo dejan entrar para ser testigo, solo entró la madre, la pediatra y la niña. “Sin garantías y tratándome ya como culpable”, lamenta él. El resultado del examen es: indicios de alta probabilidad de abusos. “Y ahí se desencadena todo”, concreta.

Justo al día siguiente, la madre y la pediatra realizan una exploración del niño. “Se han confirmado abusos sexuales por parte del padre a la hermana menor de tres años”, dice el informe del 6 de junio del 2014. Algo falso, dado que no estaba todavía juzgado y motivo por lo que ya se ha denunciado a Anchoriz por falsedad documental.Durante el juicio, uno de los forenses criticó que no estuviesen presentes durante la primera exploración de la niña. Y, como recoge la sentencia, llega a más, al abrir la posibilidad que la pequeña lesión supuestamente hallada en la menor podría ser fruto de la acción de la pediatra durante la exploración.

¿Cómo te ha cambiado la vida las palabras “indicios leves”?

—Me la han destrozadoEste tiempo sin mis hijos o la sensación de que para muchos soy un violador de menores… eso ya no hay quien lo repare.

—¿Por qué? ¿le miran por la calle?

—Ya no, pero he tenido que explicarme mucho. Ante mis compañeros de trabajo, mis amigos. Me quedan secuelas de algo que no he hecho, cuando mis sobrinas se han desnudado yo he mirado para otro lado, me siento mal al ver que niños se cambien delante mía, evito esas situaciones.

Desde el 11 de junio, el juzgado de violencia sobre la mujer Número 4 de Sevilla impone unas medidas cautelares que todavía a día de hoy, habiendo ya una sentencia absolutoria contra la que no cabe recurso, no han sido levantadas. José Antonio lleva cinco años sin ver a sus hijos. En su historial médico del Servicio Andaluz de Salud aparece que ha abusado de sus hijos. Ha dejado de frecuentar amistades y sitios para no tener que dar explicaciones.

Cinco años de calvario y un intento de suicidio

Le ha cambiado la mirada, mucho más triste que en las fotos en las que aparece abrazando a sus hijos. Ha perdido el humor. Sufre ataques de ansiedad fruto del estrés, las subidas de tensión le han provocado una lesión cardiaca. No habla apenas para evitar recordar. Y su frustración por la inacción de la justicia ante su trance casi le cuesta la vida tras un intento de suicidio al ingerir muchas pastillas.

Si por si las medidas cautelares o la saturación de denuncias fuese poco, José Antonio ha tenido que aguantar estoico las bravatas de su exmujer cuando, por azar, han coincidido en la calle. “Me monta cada número que no es algo normal, a mí y a mis padres o a mi propio hermano, al que también ha llamado pederasta delante de su hijo”, recuerda. “Me dice que voy a ir a la cárcel, que soy un maltratador, un pederasta”, insiste.

José Antonio mostrando un momento de un vídeo en el que la madre de sus hijos le atraviesa el coche para impedir la libre circulación de su vehículo.

José Antonio mostrando un momento de un vídeo en el que la madre de sus hijos le atraviesa el coche para impedir la libre circulación de su vehículo.

En varias ocasiones ha sufrido agresivas persecuciones en coche, llegando incluso a mediar la Policía. “Me he saltado semáforos y semáforos para huir de ella, y todo con el miedo de que mis hijos fueran en el asiento de atrás”, explica José Antonio. “Hasta nos ha atravesado el coche en mitad de la carretera —sigue—; los propios agentes nos han recomendado que denunciemos, pero ella lo que quiere es generar una situación para poderme denunciar a mí”.

José Antonio ha tenido que instalar cuatro cámaras de seguridad en su casa, dos en el exterior por miedo a que ella trate de entrar en su casa. Algo que ya ha hecho con anterioridad valiéndose de la inocente ayuda de una vecina a la que engañó. Evita dar a conocer la ubicación de su actual vivienda por miedo, aunque el dato ya figura en la sentencia absolutoria. Incluso su actual pareja, María, ha recibido su visita en el hospital en el que trabaja. “Iba preguntando por ella, un par de días seguidos, pero no la encontró”, explican.

En los colegios de sus hijos iba diciendo que su padre era un maltratador, un pederasta, que le echaba “cocaína en el biberón, que incluso había tratado de saltarse la verja de otro centro escolar cuchillo en mano para matar a sus hijos”, según el relato del padre. “Nos pone a toda la gente en contra, y hacen que duden; menos mal que nosotros siempre vamos con las sentencias en la mano para aclarar las acusaciones”, explica María. En el último año, los niños han cambiado hasta cuatro veces de colegio.

José Antonio ha tenido que pagar las deudas de su exmujer para desaparecer de las listas de morosos. También ha tenido que saldar los impagos de la parte de la hipoteca de ella, de la comunidad de propietarios y demás gastos para poder vender la vivienda que estaba avalada por sus padres. Y todo sin faltar a los 300 euros de gastos de manutención que religiosamente paga todos los meses. “En total, entre abogados, forenses, deudas… llevaré puestos 40.000 euros”, resume el sevillano.

“Ella está para que la encierren en un psiquiátrico”

“Todo el que trata con ella, el de la inmobiliaria, el del banco, la policía… siempre dice que está loca, que está para que la encierren en un psiquiátrico”, describe José Antonio. En los juicios ha intentado agredir a la abogada de este y siempre hacen por sentarse cerca de la Guardia Civil para evitar posibles denuncias por situaciones inventadas.

—¿El sistema está pensado para ellas?

Está claro, para las mujeres. Ahora dudo siempre, antes yo mismo me posicionaba a favor de ellas sin pensarlo. Ahora dudo. Hay muchos hombres que se acaban suicidando.

—¿Y el lema ‘Hermana, yo sí te creo’?

—A quien piense eso le pondría en mi situación, o en la de mi familia. Ojalá a nadie de su familia, a un hermano, no le pase eso nunca. Porque esto no se lo deseo a nadie, porque prefiero la muerte a pasar por lo que he pasado.

Los regalos ‘Reyes magos’ y ‘cumpleaños’ de los últimos cinco años, acumulados ante la imposibilidad de ser entregados a sus hijos.Fernando Ruso

—¿Está viendo la luz ya al final del túnel?

Sí, cuando salió la sentencia; pero se me ha apagado otra vez, cuando no me han devuelto a los niños. Llegué a comprarle ropa… la hemos dado, nueva, a unos amigos. El cuarto está preparado desde el primer día.

José Antonio y María viven en una casa pareada con una amplia terraza, zona de juegos común y piscina. En el interior, repleto de retratos del padre con sus hijos, hay dos dormitorios, uno para él y otro para ella. En un armario están todos los regalos que los niños no han podido abrir en estos últimos cinco años. Están todos envueltos y llevan escrito la fecha y el motivo. De cumpleaños a Reyes. “Espero que los abran pronto”, confiesa el padre de ambos.

Entretanto ya se anticipa y resuelve que no volverá a bañar a sus hijos sin alguien de testigo“Y los abrazos o besos, los daré con temor”, advierte con pena.

—¿Le da miedo el futuro?

—Sí, porque ella no va a parar. El día que me dé a los niños ella va a hacer algo gordo, lo sé. Visto lo visto…

—¿Cuál es el temor más grande?

—Que mi hija no tenga recuerdos míos o que le tengan comida la cabeza y me vean como un ogro.

Teme José Antonio que sus hijos puedan estar siendo alienados por su exmujer. “Se les ha creado una falsa memoria”, explica la abogada de este, Elena González Godoy. La letrada asegura que los niños están siendo tratados de unos supuestos abusos cuando ya se ha demostrado que no se han producido. “Se les está victimizando”, asegura. “Se les ha tratado durante más de tres años como víctimas de abusos y eso no es verdad”, sigue.

Recuerdos de una falsa memoria

En el relato de ambos, hay partes inequívocamente inventadas por los menores. Como cuando el niño cuenta que su padre tiene una pistola y la casa llena de micrófonos, cuando en casa de José Antonio nunca ha habido armas; o la niña incorpora a María, la actual pareja de su padre, en los tocamientos que ella sitúa en su casa, junto a su madre y su abuela, personas que jamás han coincidido. “Son reproducciones de ideaciones delirantes que el niño reproduce idénticas a la madre en distintos escenarios”, apunta la letrada.

El hijo tiene ataques epilépticos fruto del estrés desde que lo separaron de su padre, aunque José Antonio tenga que saber de ellos por terceros. “Nunca ha perdido la patria potestad, aunque a mi cliente se le esté impidiendo ejercer ese derecho y tomar parte en las decisiones que atañen a sus hijos”, resalta su abogada. “En parte, por la pasividad de los juzgados”, sigue la letrada. “Porque es una barbaridad jurídica, no se entiende que no se hayan alzado ya las medidas cautelares que le puedan permitir disfrutar ya a sus hijos”, explica González Godoy.

Mientras, la abogada ha denunciado en los juzgados la sustracción de menores por parte de su madre. Una situación que se reveló por un comentario de Facebook de la madre que unos amigos le hicieron llegar al padre. “Puso una foto y un mensaje: Otro comienzo”, relata José Antonio. “Sabíamos que desaparecería”, apunta.

Ahí se inició unas indagaciones para saber donde estaban los niños. Finalmente, el abogado de la madre, después de poner el caso en conocimiento del juzgado, comunicó la ubicación exacta de su representada. Los niños están en San Fernando, Cádiz.

Y José Antonio sigue esperando, sin saber cuánto más le queda, con el armario lleno de regalos el momento en el que ellos los abran.