Condenada a un año y tres meses de cárcel por matar a su novio con un coche en Palma


(Una sentencia de vergüenza)

(esto es lo que vale la vida de un hombre)

La mujer circuló con la víctima en el capó hasta que se golpeó la cabeza contra el asfalto
Las impactantes imágenes del atropello mortal intencionado de Palma
Detenida una mujer por matar a su novio en Palma simulando un accidente de tráfico

| La mujer fue detenida por la Policía Nacional un mes después en Barcelona. | CNP

Guillermo EstebanPalma21/07/23 0:29

Una mujer ha sido condenada a un año y tres meses de cárcel por matar a su novio con un coche en el polígono de Son Valentí, en Palma. La acusada circuló con la víctima agarrada en el capó hasta que cayó y sufrió un fuerte golpe en la cabeza que le causó la muerte. La conductora se declaró culpable este jueves de un delito de homicidio imprudente, en el juicio celebrado en Palma, a través de una videoconferencia desde Cervera (Lleida) y aceptó la retirada del carné durante dos años y medio. La compañía aseguradora ha indemnizado a los familiares de la víctima, Vito di Giovanni, que tenía 25 años.

El accidente tuvo lugar sobre las 00.25 horas del 12 de marzo de 2021. La acusada condujo marcha atrás un Opel Insignia por la calle l’Ardiaca cuando su pareja se subió al capó del vehículo por el lado derecho. La mujer paró el coche y decidió reanudar la marcha para cambiar de sentido y dirigirse a la calle Alimentació. Circuló 14 metros con la víctima en el capó a 28 km/h hasta que realizó un cambio de sentido y Vito Di Giovanni cayó al suelo y se golpeó la cabeza contra el asfalto. Las cámaras de seguridad de la zona grabaron la secuencia y sirvieron de ayuda a los investigadores de la Policía Nacional. El joven sufrió un traumatismo craneoencefálico y hemorragias intracraneales que le provocaron la muerte a las 12.00 horas del día siguiente.

Condenada a un año y tres meses de cárcel por matar a su novio con un coche en Palma
Los padres de la víctima, Vito Di Giovanni, concedieron una entrevista a este periódico.
La mujer fue detenida por estos hechos por el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Barcelona a finales de abril. Un juzgado de la Ciudad Condal la dejó en libertad tras tomarle declaración. Los padres del joven fallecido, Salvatore y María Teresa, concedieron una entrevista a este periódico: «Han asesinado a nuestro hijo y lo más indignante es que el juez ha dejado libre a la autora de su muerte. No entendemos su decisión. Ella mintió desde un primer momento, ofreció versiones diferentes sobre lo sucedido».

Vito Di Giovanni se instaló en Mallorca hacía cuatro años. «Esta mujer estuvo viviendo en nuestra casa durante algo más de dos meses. Recuerdo que estuvimos cenando y pasando las fiestas de Navidad todos juntos ¿y ahora? ¿Cómo ha podido acabar con la vida de nuestro pequeño Vito?», lamentaba la madre del fallecido, María Teresa.

La mujer que metió la cabeza de su pareja en una caja contrató a sicarios para el crimen y no les pagó

La víctima y su pareja. /
La víctima y su pareja.

Los asesinos, para presionarla, dejaron el cráneo de Jesús María en la puerta de su casa

ELCOMERCIO.ES

Nuevo capítulo en el caso del crimen de Castro UrdialesCarmen Merino, la mujer que metió el cráneo de su pareja, Jesús María Baranda, en una caja que dio a una amiga para que guardase, contrató a un grupo de sicarios para que acabaran con la vida de él. Una tesis que encajaría a la perfección en las nuevas investigaciones del caso, ya que ella siempre defendió su inocencia. De hecho, llegó a declarar: « Alguien dejó la cabeza de mi novio en la puerta; la guardé porque era el único recuerdo que tenía».

Tal y como ha explicado Pablo Muñoz, periodista de ABC, en Cope este sábado, la mujer contrató a un grupo de matones para que pusieran fin a la vida del hombre de 66 años, divorciado y con hijos. «Cumplen con el trabajo y queman el cadáver para deshacerse de él, pero ella no les paga», ha explicado Muñoz en el programa de Cristina López

Ante este panorama, los sicarios solo tienen una forma de presionarla para que cumpla con el contrato establecido. «Le ponen el cráneo de su pareja delante de la puerta de su casa», ha explicado Muñoz.

El problema es que «ella sabía que estaba siendo investigada por la Guardia Civil -ha explicado el periodista de ABC-, ya que había una denuncia por la desaparición de Jesús María. Presionada porque los agentes aparecieran en cualquier momento, es cuando decide regalar la caja con la cabeza dentro a su amiga».

Por todo ello, cobra sentido que Carmen Merino, de 61 años, siempre defendiera su inocencia a pesar de sus antecedentes penales: un hurto de 300 euros en el domicilio de un familiar y la estafa de 6.000 euros a la expareja de otro familiar.

La mujer, natural de Sevilla, llevaba siete años en Castro Urdiales, donde fue detenida el pasado 30 de septiembre después de que entregara una caja a su amiga con -según dijo- juguetes eróticos de su pareja. No quería que estos supuestos objetos íntimos fueran encontrados por la Guardia Civil en el caso de que registraran su casa, puesto que ya constaba la denuncia de desaparición.

 

La mujer que hirvió la cabeza de su marido repartía croquetas a las vecinas

croquetas pollo caseras

 

La presunta asesina del crimen de Castro Urdiales (Cantabria), María del Carmenrepartió durante meses comida casera y croquetas a las vecinas del pueblo.

La mujer acusada de haber matado a su marido, haberlo decapitado, hervido la cabeza y regalado en una caja de cartón a una vecina, ahora nos trae un sorprendente nuevo capítulo de la historia.

Las croquetas de Castro Urdiales

Hace unos días, una vecina de la localidad del pueblo de Castro Urdiales denunció que había encontrado una cabeza de un hombre dentro de una caja de cartón. La cabeza pertenecía a Jesús Maríaun banquero jubilado que llevaba desaparecido desde el 11 de abril. Finalmente, la investigación de la Guardia Civil ha apuntado como principal autora del crimen a la mujer del difunto, María del Carmen.

Las teorías y anécdotas sobre este crimen han sido numerosas, una de ellas fue este martes cuando la sospechosa declaró que había hervido la cabeza de su pareja para que no oliera mal. Ahora, la historia trae un nuevo capítulo consigo: varias vecinas del municipio han declarado al Programa de Ana Rosa (Telecinco) que Maria del Carmen hacía meses que repartía croquetas y comida casera a la gente del pueblo.

Desaparición en febrero

Jesús, que tenía 67 años, desapareció en febrero. La mujer denunció su desaparición un mes más tarde, argumentando que su novio la había abandonado sin dar explicaciones. A la policía no le cuadró esa versión, ya que comprobó que en las cuentas de Jesús no había habido movimientos bancarios.

Todo esto llevó a la policía a registrar el piso en búsqueda de nuevas pruebas. Antes de que lo hicieran, Carmen fue a casa de una amiga y le entregó una caja, en la que le aseguró que había juguetes sexuales. La mujer le dijo a la amiga que no quería que la policía encontrara sus supuestos juguetes sexuales para que no se llevasen mala impresión.

El pasado sábado, meses después que Carmen entregara la caja a su amiga, ésta abrió la caja por curiosidad y descubrió la cabeza de un hombre en su interior. Carmen, al ser detenida, aseguró que la cabeza la encontró en la puerta de su casa y que la guardó porque era el único recuerdo que tenía de su pareja.

 

 

 

Los hombres maltratados

 

 Navegando por internet he encontrado este artículo y me ha parecido bastante interesante.
 
Madridiario.es
Los hombres maltratados

Enrique Villalba

 

Fátima apuñaló a Antonio en la cabeza y lo mató. Él iba a trasladarse a vivir a Málaga con su madre y su novia. Ocurrió en Carabanchel un 4 de enero. Él era, según sus vecinos, un hombre tranquilo.

Según los cronistas de sucesos, ha sido la primera muerte violenta de 2010 en la región. En realidad, es la primera víctima de la violencia de género del año, pero parece que la realidad varía dependiendo de lo que se tenga entre las piernas. Y digo ’violencia de género’ porque decir ’violencia machista’ es parcializar las expresiones para manipularlas. Porque ni la violencia es propiedad de los hombres, ni la ejercen sólo ellos. Eso es culpa del gremio al que pertenezco, que vive de eslóganes y muchas veces no se acuerda de que hay que llamar a las cosas por su nombre.

Hace unas semanas, el juez Francisco Serrano, titular del Juzgado número 7 de Violencia de Género de Sevilla, denunciaba cómo la Ley en cuestión estigmatiza al hombre. Por poner algunos ejemplos, el Ministerio del Interior eliminó en 2007 las estadísticas de hombres muertos por violencia de género. Acúsenme de demagogia si quieren, pero debe no ser un dato reseñable que en 2009 hayan muerto 51 mujeres y 30 hombres por esta causa, por no hablar de los suicidios, que han aumentado considerablemente. Tampoco se detiene a mujeres por denuncias falsas, a pesar de que varios magistrados ya han hecho la observación de que se ha utilizado esta treta para ganar custodias de hijos, quedarse con una casa o simplemente vengarse de algo. Hay hombres maltratados físicamente que llegan a morir, como el caso que he expuesto. Hay otros que sufren maltrato psicológico. Esa realidad existe y es numerosa.

Al juez le avalan 20.000 sentencias en este juzgado y premios de asociaciones de mujeres en defensa de sus derechos. Algunas asociaciones de feministas radicales (que, según mi opinión, se dedican a buscar el poder que antes tenían los hombres y lo que consiguen es dar mal nombre a las feministas que luchan cada día por los derechos de la mujer en una búsqueda de la igualdad real dentro de las diferencias lógicas entre sexos) han querido que se le expediente al decir esto por ser un «altavoz de maltratadores». Imponer la ley del silencio al que disiente y trata de ver las cosas desde otra perspectiva. Asociaciones de hombres y mujeres han apoyado a Serrano en el sentido contrario.

También es una realidad que reflejó Madridiario que no hay ayudas concretas a nivel nacional, regional o local al hombre maltratado. Los teléfonos de atención a mujeres no atienden a hombres que pasan por esta situación y sólo hay un centro en España (en la provincia de León) que da cobijo a hombres perseguidos y machacados por sus parejas, cuando sí hay cursos y centros para maltratadores.

Situaciones como estas todavía dan a algun@s mucha risa. «¿Cómo te va a pegar tu mujer? ¿Cómo te va a gritar? Si te amenaza de muerte es que no eres un hombre», entre otras muchas. Es lo mismo que pasaba hace unos años con las mujeres maltratadas cuando se decía: «Algo habría hecho» o «Se cayó por las escaleras». Quizás esto pase porque no se ha abierto o no se quiere abrir el melón del maltrato masculino.

La justicia (con minúscula) es a veces contraria a la moral. Este hecho hace que se den situaciones muy peligrosas, como en el caso de la Ley de Violencia de Género (exactamente, Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género), que aprovechan mujeres y abogados sin escrúpulos. En su artículo 1 ya establece que su objeto es «actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia». Ni una mención al hombre o al niño (por cierto, estadísticamente, el maltratador habitual de un menor suele ser su madre, no su padre) como víctima. Tampoco dice nada de la violencia de género entre homosexuales, que también se da. Debe ser que los hombres nacemos con el gen del verdugo femenino a cuestas.

Nadie dice que no esté bien esa protección. Muchas mujeres han sufrido y siguen sufriendo violencia por parte de sus parejas y hay que protegerlas. Es de sentido común. También es de sentido común que se luche por la igualdad en el plano doméstico y laboral para hombres y mujeres. Sin embargo, esta norma está descompensada. Porque debería proteger a todos los ciudadanos, no sólo a un género. Y menos, convertirlo en minoría. Primero porque la Constitución defiende que somos iguales ante la Ley, y, por tanto, nos debe proteger igual. Segundo porque si se protege sólo a las mujeres se las está victimizando, cuando los datos no reflejan que sean ellas las únicas víctimas, aunque los datos de contraste casualmente desaparezcan de las estadísticas oficiales (quizás por el efecto de los ’lobbys’ o de una política voraz de recaudación de votos). Y tercero porque no se puede convertir en presuntos culpables a los hombres, pudiéndolos detener sin pruebas. Eso ha ocasionado situaciones muy injustas y lamentables.

La administración no debería dar herramientas para que el poder se vuelva a desequilibrar, en este caso, del lado de las mujeres. No se trata de una competición. Sino conseguir que todos seamos iguales en derechos y responsabilidades. Hasta un niño comprende que hay que penalizar al que se lo merece, sea hombre o mujer, porque es lo que debería defender el Derecho (con mayúscula), y no sólo buscar el réditos de un particular o un grupo de poder, cosa que hace a veces el derecho (con minúscula). No se trata de acatar y callar. También es necesario ver cada situación de forma objetiva y comprender que disentir sobre algo incompleto, parcial o equivocado está bien si así se evita el dolor de una parte desprotegida de la población.

Los políticos callan porque no les conviene hablar. El Congreso aprobó la Ley por unanimidad y ahora a ver quién es el guapo que va a decir que se equivocó. Les es más fácil desacreditar al poder judicial, a pesar de que son los que tienen la experiencia para hacer que impere la Justicia (con mayúscula), esa señora con los ojos tapados y una balanza que busca el bien común. Yo he sido testigo de cómo Bibiana Aído, ministra de Igualdad, ignoraba a asociaciones de hombres que venían a pedirle audiencia sobre este problema social en una presentación de un centro coordinado entre su Ministerio y el Ayuntamiento de Madrid a la prensa. Ése día se debía de haber olvidado la balanza en casa.

Enrique Villalba